Patente sus invenciones para dar más valor a su pyme

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Aunque se trata de un proceso largo y con gran carga técnica, un buen sistema de patentes permite controlar a la competencia y convertir la inversión en I+D en dinero a través de la comercialización o la venta de las licencias.

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Una simple idea puede ser millonaria. Aunque ya hubo intentos anteriores, fue a finales de la década de 1930 cuando un periodista húngaro patentó un objeto que hoy es tan cotidiano como un bolígrafo. Harto de rellenar su pluma, con la ayuda de su hermano, que era químico, desarrolló el mecanismo y la tinta que prometía poder escribir de forma automática, con secado rápido y hasta durante un año. Poco después otorgó a Faber una licencia de su producto en Estados Unidos y en 1951 al fundador de Bic en Francia. Gracias a que había establecido un buen sistema de protección, Ladislao Biro era propietario de una patente valorada en millones de euros.

Ya sea de forma individual o como una sociedad, se dedica mucho tiempo y dinero a encontrar nuevas soluciones. «Toda esta inversión debe ser protegida para que los intangibles que crea una pequeña empresa a través de sus departamentos de I+D se conviertan en bienes para ella, es decir, que representen un valor real», insiste Patricia Ramos, directora del departamento de patentes del despacho especializado Pons. La única forma de conseguirlo es proteger sus innovaciones. Esta estrategia tiene un doble objetivo: que la competencia no copie una idea o parte de ella y que dicha novedad pueda convertirse en dinero líquido si es necesario a través de su venta o de la comercialización de licencias.

La propiedad industrial abarca, por tanto, los bienes inmateriales de los que dispone un empresario para competir en el mercado. Puede haber tres grandes grupos: invenciones (patentes o modelos de utilidad), diseños o marcas, según Cevipyme, organismo público que ayuda en la gestión de estos derechos. En España nos encontramos también con la propiedad intelectual, que otorga una serie de derechos al autor de una obra.

Investigación previa. Algunos de los inventos más populares se descubrieron por casualidad, pero lo más habitual es que sean fruto de años de estudio. Es fundamental que, antes de que un departamento se ponga a investigar, navegue en las bases de datos públicas para comprobar que no ha sido ya registrado por otra persona. Así, ese capital humano y financiero puede ser destinado a descubrir algo realmente novedoso que vaya a suponer unos réditos a la pequeña compañía.

Elección del modelo. Si finalmente todo este trabajo se materializa en algún descubrimiento, es el momento de proteger ese esfuerzo y determinar qué valor tiene realmente. «Muchas personas creen que su idea va a revolucionar el mundo y quieren otorgarle la máxima protección a través de una patente mundial, pero este proceso es caro, largo y complicado y no siempre es la mejor opción», insiste la abogada de Pons Rocío Peris. El modelo de utilidad, que suele ser la forma más empleada por una pyme, protege innovaciones parciales, es decir, cuando se trata de una mejora relacionada con un producto ya existente o su forma de utilizarlo. Por ejemplo, es el caso de Doñana 1998 que ha optado por esta vía para proteger su nueva caja para transportar fresas, cuyo diseño permite una mayor protección a estos frutos.

Sea cual sea el modelo elegido, un empresario debe tener en cuenta que es obligatorio explotarlo una vez que sea concedido, ya sea por sí mismo o por autorizados. Si no se hace en el plazo de cuatro años, la concesión caducará.

Operaciones confidenciales. Mantener todos los adelantos en secreto es fundamental para que otras empresas, sobre todo multinacionales, no se pongan a trabajar sobre esa pista. Hay que tener cuidado con Internet y, si una pyme acude a un congreso con la idea de encontrar inversores, es fundamental solicitar la patente con antelación. Aunque no haya sido concedida tendrá una protección de hasta 12 meses para negociar con su idea ante terceros. Sin embargo, si el formulario de presentación no está bien redactado, falta información o no cuenta con los dibujos técnicos que demuestren el descubrimiento, la oficina de patentes se lo solicitará a la empresa con un plazo máximo de dos meses. La fecha definitiva se retrasará hasta la entrega de todos esos datos. Por tanto, es fundamental no revelar información si el proceso no está realmente en marcha.

Publicación. Uno de los momentos más delicados es cuando la solicitud se publica una vez que la oficina ha recogido información, que a su vez ayudará al empresario a ver si su idea es patentable. Si sigue adelante con el proceso, estará expuesto, durante nueve meses, a que la competencia trate de echar para atrás la concesión e impugne algún punto.

Extensión. La protección sólo la reconocen las oficinas nacionales de patentes en los países en los que se ha solicitado. En aquellos en los que el invento no está protegido, la tecnología se considera de dominio público y cualquiera puede explotarla libremente. Por eso, si la pyme está internacionalizada, es importante que se solicite en aquellos países en los que se está presente o se vaya a establecer a corto plazo para poder comercializarla sin problemas. Una buena opción es reclamar una protección en la Oficina Europea de Patentes, que tiene un acuerdo con 38 países. Aunque la solicitud puede hacerse en español, se tiene que adjuntar una traducción a uno de los tres idiomas oficiales de este departamento (inglés, francés o alemán).

Costes y ayudas. Tanto el Icex como la Oficina Española de Patentes y Marcas ofrecen ayudas que cubren parcialmente los gastos del registro y el mantenimiento de una patente. Por ejemplo, la presentación de la solicitud tiene un coste de casi 64 euros –con un descuento si se presenta por Internet– y las anualidades crecen de manera exponencial hasta casi los 500 euros. Sin embargo, los precios cambian mucho en función de qué vía se haya elegido y la necesidad de contratar personal especializado que ayude en la redacción de todos los informes. La patente es la opción más cara, ya que, por ejemplo, es obligatorio el informe técnico con una tasa de 587,78 euros y la protección de 20 años obliga a pagar durante más tiempo.

Por qué debe cuidar sus patentes

1.- Proporcionan derechos exclusivos que permiten utilizar y explotar un descubrimiento por un periodo de hasta 20 años.

2.- Se reduce la competencia, ya que es posible impedir que otras personas utilicen comercialmente una invención patentada.

3.- Todo el tiempo y capital invertido tienen un mayor rendimiento, ya que se multiplican las opciones para obtener beneficios.

4.- La pyme cuenta con un activo extra. Puede vender o ceder a otra empresa los derechos para que se comercialice bajo licencia.

5.- Su poder de negociación aumenta. Es común intercambiar derechos de patentes, pero hay que tener una cartera interesante.

6.- La imagen de la pyme es más positiva, ya que las patentes son una muestra de especialización y capacidad tecnológica.

Inventores con trabajo de abogado

Proteger el trabajo investigador es fundamental para cualquier empresa. Guillermo Pérez, consejero delegado de VOptica, del sector tecnológico, lo tiene claro, pero recuerda que se trata de un proceso muy complicado. «Los costes son muy altos, tanto económicos como en tiempo y energía dedicados», indica.

Una patente europea se reconoce en 38 países por convenios firmados con otras naciones. En la actualidad, esta pyme murciana tiene cinco patentes relacionadas con la tecnología de sus aparatos médicos y está preparando la documentación necesaria para cuidar también de su diseño óptico. «En dos de esas solicitudes tuvimos que modificar las alegaciones para salvar las objeciones de los examinadores, lo que dilató el proceso», comenta el directivo. La concesión, desde su registro en la oficina española, hasta tenerla en su caso en Estados Unidos, se prolongó hasta casi los cuatro años. «Los propios inventores tienen que desarrollar habilidades especiales para redactar las alegaciones de forma que se refuerce la patentabilidad de la invención», explica Pérez.

Actualmente VOptica tiene sus aparatos registrados en la Unión Europea y Estados Unidos. Además, cuenta con una extensión a China, debido a que esta zona sufre una de las tasas más altas de miopía y sus inventos están indicados para tratar este defecto refractivo.

Fuente: http://www.expansion.com/2015/03/02/pymes/1425313647.html

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